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Isabelle Boemeke, una modelo brasileña que ha posado para marcas como Cult Gaia, comenzó a publicar en las redes sociales como Isodope, un personaje que creó para su labor de defensa de la energía nuclear.

Foto: La modelo convertida en influente de la energía nuclear, en California, este mes.Credit…JJ Geiger para The New York Times

“Tienes que ir a ver los residuos, ¿los has visto?”, gritaba Isabelle Boemeke, mientras el viento azotaba su larga trenza oscura y posaba en la costa californiana de San Luis Obispo.

Los residuos en cuestión eran las barras de uranio sobrantes de la producción de energía nuclear, que se almacenan en gruesos contenedores de acero y hormigón para mantenerlos, al menos en teoría, a salvo de los seres humanos. (Quienes se oponen a la central tienen sus dudas).

En una ocasión, Boemeke besó uno de esos contenedores.

A lo lejos, detrás de ella, puede verse tras la espesa niebla marina la central nuclear de Diablo Canyon, situada en un bello tramo de la costa.

Vestida con una chamarra de hombros puntiagudos y con pendientes asimétricos de plata, Boemeke parecía la protagonista de una novela distópica ambientada en un futuro lejano. (Un futuro en el que Prada sigue fabricando mocasines, poco prácticos para el terreno rocoso).

Varios empleados de la central la observaban en estado de alerta.

En 2020, Boemeke, una modelo brasileña que ha posado para marcas como Cult Gaia, comenzó a publicar en las redes sociales como Isodope, un personaje que creó para su labor de defensa de la energía nuclear. En las páginas de Instagram y TikTok de Isodope, Boemeke usa temas típicos de las influentes como videos del tipo “prepárate conmigo”, rutinas de ejercicio y de belleza.

El objetivo es lograr que la energía nuclear parezca atractiva y, al mismo tiempo, hacer que los conceptos de alto nivel sean comprensibles para un público más amplio y muy conectado a internet. Boemeke ha explicado la fusión y la fisión usando piezas de Lego y ha comparado las pastillas de uranio (a las que también llama “rocas mágicas picantes”) con ositos de goma, para dar una idea de su tamaño.

La pregunta es: ¿por qué hace eso?

Una mujer sonreía con los ojos cerrados mientras posaba en un descampado, al fondo se veía la costa.

Isabelle Boemeke en la central eléctrica de Diablo Canyon, contra cuyo cierre protestó en 2021.Credit…JJ Geiger para The New York Times

Convertirse en influente de la energía nuclear

Boemeke afirma que nunca ha aceptado dinero de la industria, aunque ha invertido en Alva Energy, una empresa emergente que, según su página web, tiene como objetivo “añadir seis gigavatios de nueva capacidad nuclear a la red eléctrica de Estados Unidos en menos de cinco años”.

Y el otoño pasado, Boemeke donó 5 millones de dólares y se comprometió a aportar otros 5 millones a causas nucleares junto con su marido, Joe Gebbia, uno de los miembros más destacados del Departamento de Eficiencia Gubernamental del gobierno de Donald Trump y cofundador multimillonario de Airbnb. Gebbia, amigo y confidente de Elon Musk, forma parte del consejo de administración de Tesla.

La pareja vive en Austin, Texas, con su hijo de dos años.

“Mantenemos las cosas muy separadas”, dijo Boemeke sobre la política de su marido. (Gebbia no respondió a las solicitudes de comentarios).

Según cuenta Boemeke, se sintió atraída por aprender más sobre la energía nuclear después de experimentar ansiedad climática en 2019, cuando los incendios forestales devastaron el Amazonas en su país natal. Estaba en proceso de fundar una empresa de cosméticos, pero explicó que no sentía que ese trabajo fuera “su vocación”.

Boemeke contó que la idea de convertirse en influente nuclear se le ocurrió mientras se cepillaba los dientes durante un ayuno de agua de 10 días en una clínica en España, en un momento de claridad inducido por el hambre.

A medida que el apoyo bipartidista a la energía nuclear ha cobrado impulso en los últimos años, tanto el gobierno de Biden como el de Trump han esbozado planes para expandir la energía nuclear en Estados Unidos. Y el año pasado, seis países más se sumaron al compromiso cada vez mayor de triplicar el uso mundial de la energía nuclear —que en su día fue un tema tabú en las negociaciones sobre el clima— para 2050.

En TikTok e Instagram, Boemeke, como su alter ego Isodope, publica videos sobre pastillas de uranio, fisión y otros temas relacionados con la energía nuclear.

Pero esta fuente de energía sigue teniendo muchos detractores, entre ellos quienes se preocupan por la seguridad. Algunos expertos consideran que Boemeke es una mensajera ominosa para esta causa y que el mensaje en sí mismo también es dudoso.

Edwin Lyman, director de seguridad nuclear de la Unión de Científicos Preocupados, describió a Boemeke como “otra pieza más del engranaje de influencia de la energía nuclear que intenta cambiar la opinión pública y la de los responsables políticos sobre la energía nuclear, sus perspectivas y su seguridad con la intención de estimular el crecimiento de la industria”.

En diciembre de 2021, Boemeke ayudó a organizar una manifestación para salvar la central eléctrica que visitaba esa tarde de verano, la cual la empresa Pacific Gas & Electric tenía previsto cerrar en 2025 para centrarse en las fuentes de energía renovables.

Linda Seeley, vicepresidenta de Mothers for Peace, una organización sin fines de lucro que ha protestado durante décadas contra la energía nuclear, dijo que el grupo había presentado demandas para intentar cerrar la central de Diablo Canyon.

“Si la energía nuclear fuera limpia, si no dejara residuos letales durante 240.000 años, no tendríamos ningún problema con ella”, dijo Seeley, que vive en Los Osos, a solo unos kilómetros de la central. “El problema es que esa es la consecuencia de una reacción nuclear. No puedo entender cómo algunos jóvenes pueden adoptar esta causa como propia”.

Un hombre de esmoquin junto con una mujer que lucía un vestido de noche de color blanco.

Boemeke y su marido, Joe Gebbia, en un acto de celebración de logros científicos en abril. Gebbia trabaja en el Departamento de Eficiencia Gubernamental del gobierno de Trump y es amigo íntimo de Elon MuskCredit…Phillip Faraone/Getty Images

‘Se recomienda hojear’

Quizá todo esto parezca descabellado, pero Boemeke cuenta con el apoyo de algunas figuras influyentes.

Su libro, Rad Future: The Untold Story of Nuclear Electricity and How It Will Save the World, sale a la venta el martes con Thesis, un sello editorial de Penguin Publishing Group. Antes de su lanzamiento, Diplo publicó en Instagram una foto con el libro. Gwyneth Paltrow celebró a Boemeke en los Hamptons, posando junto a ella con un ejemplar del libro en la mano. (Paltrow es mencionada en los agradecimientos como “GP”).

En Rad Future, Boemeke adopta un tono coloquial similar al de theSkimm, el boletín informativo fundado por mujeres que se hizo popular por simplificar las noticias del día en pequeños fragmentos.

De hecho, Boemeke escribe: “Se recomienda hojearlo”.

“Soy una gran fanática de la ciencia”, dijo Boemeke en una entrevista desde una sala de conferencias de la planta nuclear, recitando datos sobre los contenedores de residuos.

Su publicista estaba cerca, supervisando en silencio la conversación.

Una mujer lucía un traje negro con una chaqueta azul oscuro en un descampado, al fondo puede verse una central nuclear.

“Soy una gran fanática de la ciencia”, dijo Boemeke, de 35 años.Credit…JJ Geiger para The New York Times
Boemeke había llegado a Diablo Canyon en una camioneta Sprinter negra acompañada de un pequeño equipo, entre quienes se encontraban su jefe de personal, un maquillador y un editor de redes sociales.

También la acompañaba Carolyn Porco, una científica planetaria y defensora de la energía nuclear cuyas publicaciones en línea sobre la energía nuclear llamaron la atención de Boemeke hace una década. En los últimos años, se hicieron amigas. Porco, que vive cerca de la central eléctrica, estaba allí para ofrecerle a Boemeke “apoyo moral”, dijo el equipo de Boemeke.

“Hay quienes dicen: ‘Oh, ¿qué sabrá una modelo sobre energía nuclear?’”, comentó Porco. Pero Boemeke, añadió, era “auténtica”.

Jacopo Buongiorno, profesor de ciencia e ingeniería nuclear en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT, por su sigla en inglés), dijo que había conocido a Boemeke después de que se reunieron de manera virtual durante la pandemia.

Buongiorno, que también es director del Centro de Sistemas Avanzados de Energía Nuclear del MIT, dijo en una entrevista telefónica que le llamó la atención su curiosidad. “Su estilo es ideal para su público objetivo y se prepara muy bien”, dijo.

Pero no es difícil encontrar a otras personas que se sientan escépticas por el trabajo de Boemeke.

“No veo qué puede aportar al debate”, sostuvo David Schlissel, cofundador del Instituto de Economía Energética y Análisis Financiero, una empresa de investigación energética.

Schlissel dijo que otras opciones tecnológicas existentes, como el almacenamiento en baterías y las energías renovables, ofrecían soluciones más baratas y rápidas para reducir las emisiones de carbono.

“Si algunos ricos quieren asumir todos los riesgos de la nueva tecnología nuclear, que lo hagan, pero así no es como funciona”, añadió. “Quieren que los gobiernos asuman los riesgos, es decir, tú y yo como contribuyentes en Estados Unidos y como consumidores de electricidad”.

Una mujer lucía un traje blanco en un descampado, al fondo puede verse el océano.

En su nuevo libro, Rad Future, Boemeke escribe que no hace falta “saber todo lo que hay que saber sobre la energía nuclear para ser un buen defensor de ella”.Credit…JJ Geiger para The New York Times.

Sin haber leído su libro, Lyman, de la Unión de Científicos Conscientes, supuso que Boemeke, al igual que algunos defensores de la energía nuclear, probablemente había ofrecido una versión alternativa del desastre de Chernóbil.

En Rad Future, Boemeke sostiene que, si bien Chernóbil “no fue una historia de éxito rotundo para la electricidad nuclear”, evitar la energía nuclear por ello “tiene tanto sentido como evitar los cruceros por culpa del Titanic”.

Al salir de la sala de conferencias, Boemeke y su equipo se subieron a su camioneta y se dirigieron más allá de la central, hasta la orilla del mar, para posar para las fotografías. El otoño siguiente a la manifestación organizada por Boemeke, el gobernador de California, Gavin Newsom, firmó una ley que abre la vía para que Pacific Gas & Electric continúe sus operaciones en el emplazamiento, y la central, la última instalación nuclear en funcionamiento de California, cuenta ahora con una prórroga hasta 2030.

Durante el trayecto, a través de varias vallas, se podían ver los residuos nucleares que tanto emocionaban a Boemeke.

“No es una broma ni un meme del día”, dijo Seeley, vicepresidenta de Mothers for Peace. “Estamos hablando del futuro de la Tierra”.

“Si no fuera tan peligroso”, añadió, “sentiría pena por ella”.

Alain Delaquérière colaboró con la investigación.

Por: Madison Malone Kircher

Madison Malone Kircher es una reportera del Times que cubre la cultura de internet.

Fuente: NY Times