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Con más de 670 emprendimientos ya en marcha, la provincia suma casi la mitad del total nacional. Hay un incentivo legislativo que salió de la Unicameral y un programa que permite avanzar asociativamente en proyectos comunitarios.
En materia de potencia instalada, la provincia alcanza los 11,3 megavatios sobre un total del país de 24,8.
Desde hace un tiempo a esta parte, Córdoba es sinónimo de liderazgo en energías renovables. Hizo punta en la producción de biocombustibles y de energía eléctrica a partir de maíz, pero impulsó también proyectos de distintas tecnologías a baja escala que se multiplicaron en diferentes puntos del territorio provincial, muchos privados, pero también públicos, de la mano de Epec. Lo cierto es que la matriz energética viene avanzando en la sustitución de combustibles fósiles por renovables, con la idea de llegar a una economía de carbono neutralidad.
En ese marco, la provincia ratificó su liderazgo en un segmento que promete seguir en expansión: el de la generación distribuida, que por definición es el uso de fuentes de energía renovables en la producción de energía eléctrica en las redes de distribución para autoconsumo y eventual inyección de excedentes en hogares, edificios, industrias y Pymes. Hasta aquí, la generación distribuida creció de la mano de los paneles solares, pero ya hay avances para que otras tecnologías puedan sumarse mediante esquemas de asociación, en lo que Córdoba llamó generación comunitaria.
Lo cierto es que se trata de un segmento de producción de electricidad renovable, de poca escala, en la que la provincia lidera por lejos a nivel nacional. En el último reporte de la Secretaría de Energía, correspondiente al mes de julio, se registran 1.335 usuarios-generadores de los cuales 671 son cordobeses. En segundo lugar aparece Buenos Aires con 368 y luego CABA, con 94. Pero además, Córdoba cuenta con otros 117 trámites en curso, según ese mismo registro.
En materia de potencia instalada, la provincia alcanza los 11,3 megavatios sobre un total del país de 24,8. Buenos Aires suma 5,8 megas y CABA, 2,6. A esos números se suman los trámites en proceso que le sumarían al país otros 12,6 megavatios de potencia, entre los cuales Córdoba tiene 2,5, Buenos Aires otros 4,5 y aparece Corrientes con casi 1,5 megavatios para incorporar.
En ese marco, el ministro de Servicios Públicos de la Provincia, Fabián López, recordó que “esto es posible por un programa que arrancó en 2019 y al que Córdoba fue una de las provincias que primero adhirió mediante una ley con el convencimiento de que esta es una de las transformaciones importantes que vienen en el sector eléctrico a nivel mundial y que permite obtener numerosas ventajas”, enfatizó el funcionario en diálogo con I+I Córdoba.
¿Cuáles son esas ventajas?
Una primera es que se genera la energía en el lugar que se consume, con lo cual se ahorran un montón de pérdidas en el sistema, y también se empieza a sustituir, en una matriz muy sesgada como la argentina hacia lo fósil, por renovables; es decir que se cambia la que emite gases de efecto invernadero por otra más sustentable con el ambiente, limpia.
¿Cómo fue ese proceso?
Nos pusimos a la cabeza trabajando de manera conjunta con el sector privado, las cámaras, las empresas y universidades para potenciar y divulgar las ventajas de esta implementación. Y la cámara cordobesa que desarrolla todas estas iniciativas fue creciendo a la par de toda esta política porque comenzó con 4 empresas y ya superó las 100.
Eso permitió que todo esto creciera muy fuerte y que Córdoba desde el momento cero lidere la cantidad de potencia instalada a nivel nacional, con un nivel cercano al 50% del total país. Actualmente tenemos 11,3 megavatios de los casi 25 que hay a nivel nacional, pero tenemos el 50% del total de usuarios generadores, que son 671 en un total de 1.335 de todo el país.
¿Y cuál es el balance?
Para nosotros es un programa que viene dando muchos beneficios a la matriz energética por la inclusión de la energía renovable. Incorporamos muchos de los créditos que surgen por dejar de emitir gases de efecto invernadero en la subasta de créditos de carbono que se hizo el año pasado, y eso generó un incentivo adicional. Y hemos firmado también con Bancor para usar un fondo que hay a nivel nacional para hacer más asequible también este tipo de inversiones a nivel residencial.
Más allá del marco nacional, ¿en Córdoba hay alguna particularidad que lo potencia?
Sí. Si bien lideramos a nivel nacional, le dimos en la provincia un par de vueltas de tuerca al tema porque pasamos a impulsar la generación distribuida comunitaria que es una etapa superior a la generación distribuida y que permite que muchos usuarios que por diferentes razones no pueden colocar paneles solares en el lugar donde viven, como aquellos que habitan en departamento, o casa alquilada, o lo que fuere, puede agruparse y poner un parque generador en un lugar distinto al que reside y que eso sea también considerado como generación distribuida. Lo único es que inyectan energía en un lugar distinto al que habitan o consumen.
Es un programa que está avanzando muy fuerte en Córdoba y ya tenemos 5 parques instalados y hay 3 más en distintas etapas de desarrollo. El último fue el de Vicuña Mackenna que se habilitó la semana pasada. Y es una instancia superior porque el que no lo pueda poner en su casa puede hacerlo por esta vía de generación comunitaria. Y a su vez, algo muy importante que se ve venir y que esperamos concretar una vez consolidadas algunas cuestiones asociadas a lo financiero es el salto de tecnología.
¿Cómo es eso?
Es que hasta acá la generación distribuida está casi exclusivamente asociada a paneles solares, porque no es posible poner un biodigestor. Pero cuando existe la posibilidad de asociación, se abren otras opciones a fuentes que desde un punto de vista ambiental y productivo son aún más interesantes.
En el caso de los biodigestores incluso dejaríamos de importar paneles chinos para hacer uso del conocimiento o la ingeniería local, recortando a su vez huella ambiental y generando empleo de calidad en zonas alejadas. En ese camino estamos. Y podríamos sumar también otros proyectos como hidroeléctricos de baja escala, aerogeneradores, todo a través de la asociación.
¿Qué ventajas tienen los que se suman a la generación distribuida?
Quienes se suman ahorran energía, y en caso de inyectar el excedente se remunera esa energía extra que va al sistema; y también algunos beneficios fiscales. En el caso de la generación distribuida particular se reemplaza el consumo de red por lo que generan los paneles en este caso y si lo producido es más, se puede inyectar al sistema. Otra opción es contar con baterías para que el excedente se guarde y se lo utilice cuando no se genera.
Esto es parte de un todo más amplio que incluye una política de transicionar hacia energías más limpias, de impulso a las renovables…
Sin dudas. Esto está enmarcado en una política de transición energética de las economías que abarca a la generación distribuida como uno de muchos programas. Pensemos en la bioeconomía o los biocombustibles. En última instancia se busca con todo esto disminuir la emisión de gases de efecto invernadero y transicionar de a poco a una economía que deje de usar lo fósiles como combustibles para funcionar, no solo pensando en la energía eléctrica sino también para el transporte y de allí la relevancia de los biocombustibles.
Hace dos semanas incluso Epec firmó los convenios con la Secretaría de Energía para sumar más proyectos de generación renovable…
Exacto. Epec participó de un llamado a licitación nacional e internacional que hizo la Secretaría de Energía y compitió allí con empresas privadas. Y en ese marco obtuvo los 11 proyectos que presentó para generar energía renovable con distintas fuentes.
Hubo 4 solares, 5 aprovechamientos hidroeléctricos pequeños y dos de biomasa o de biogás: uno generando energía eléctrica a partir de biogases de la planta de líquidos cloacales de Bajo Grande, algo inédito a nivel internacional; y el segundo, generando junto con la corporación que maneja los residuos sólidos del área metropolitana de Córdoba, para hacer energía a partir del biogás producido allí. Todo esto avanza en la misma dirección, la de reemplazar la energía fósil por renovable para evitar el calentamiento del planeta, algo que estamos viendo cada vez con más nitidez.
La intención es lograr un fuerte compromiso de todos los actores para trabajar en este sentido, con la meta de alcanzar una economía neutra en carbono.
POR GONZALO DAL BIANCO
FUENTE: LA VOZ