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Pampa Energía, el grupo que lidera Marcelo Mindlin, está invirtiendo u$s 128 millones en la expansión de uno de sus tres parques eólicos. Pero el mayor generador de electricidad del país ya analiza sus próximos pasos y estudia proyectos para incursionar en otra tecnología ‘verde’ de alto potencial.
Allegados a Marcelo Mindlin describen la obsesión que el hacedor de Pampa Energía tiene, hoy por hoy, por el gas. A ese recurso, cuyo volumen de producción -actualmente, de 9 millones de metros cúbicos diarios (m3/día)- espera duplicar hacia 2024, comprometió u$s 800 millones de inversión en cuatro años a través del Plan Gas.Ar, de los cuales u$s 400 millones se desembolsarán en 2022. Sin embargo, hay otro foco de atención que, gradualmente, empieza a ganar intensidad en el tablero de control del mayor generador eléctrico del país: la energía renovable.
Este año, Pampa anunció la ampliación de su tercer parque eólico, el Parque Eólico Pampa Energía III (PEPE III), en Coronel Rosales, provincia de Buenos Aires. Es un proyecto de u$s 128 millones, de los cuales ya ejecutó el 25%. El proyecto, definió, entrará en funcionamiento en febrero de 2023. El grupo ya está pensando en el día después. Y, para eso, analiza oportunidades, como su ingreso en una nueva energía verde: la generación solar.
«Estamos mirando proyectos fotovoltaicos», anticipa Benjamín Guzmán, director de Producción e Ingeniería de Pampa Energía y responsable de los proyectos renovables del grupo.
En 2021, las 15 centrales térmicas de Pampa generaron 17.433 giga-watts/hora (GWh), equivalentes al 12,3% del total nacional, con un nivel de funcionamiento del 95% de su capacidad instalada. Gracias a eso, el grupo mantuvo el liderazgo que tiene como mayor generador eléctrico del país desde 2018. Además, produjo otros 2181 GWh entre sus tres centrales hidroeléctricas e igual número de parques renovables. En el primer trimestre de 2022, cuyos números se difundieron la semana pasada, Pampa creció 10% en electricidad generada, a 4892 GWh.
«Pampa es el mayor generador privado del país y queremos seguir manteniendo ese lugar. En este momento de transición energética, las renovables son una posibilidad de crecimiento», define el horizonte Guzmán.
Hasta ahora, el grupo se concentró en proyectos eólicos. Tiene tres parques -Mario Cebreiro, Pampa Energía II y el Pampa Energía III-, con una capacidad instalada consolidada de 206 mega-watts (Mw). Llegará a 287,4 Mw cuando se concluya la ampliación del PEPE III, ubicado a 45 kilómetros de Bahía Blanca. Actualmente, tiene 14 aerogeneradores de Vestas. La ampliación, que ejecuta Sacde -ex Iecsa, la constructora que Mindlin le compró a Ángel Calcaterra-, prevé la incorporación de otros 18 molinos de la marca danesa.
Para financiar esa expansión, este año, Pampa colocó su primer bono verde en el mercado local. Recaudó $ 3107 millones, con vencimiento en julio de 2023.
«Hoy por hoy, las inversiones más grandes son en donde tenemos mayor capacidad de ser competitivos. Eso, por ahora, son las eólicas. Pero, de hecho, estamos mirando a la energía solar», explica Guzmán. Los proyectos solares, reconoce el ejecutivo, son menos complejos -y, en consecuencia, menor costo- que un parque eólico. Sin embargo, a diferencia de lo que ocurre con la energía generada con viento, la oferta de electricidad fotovoltaica hoy es mayor a al demanda, lo que influye en que sus precios actuales no sean tan competitivos, a menos que sean a gran escala.
En 2021, se incorporó al sistema eléctrico un más de 1 giga-watt (Gw) de energía renovable, lo que hizo que el parque instalado del sector ya sume 5,5 Gw. Las fuentes verdes alcanzaron una participación del 13% de la demanda eléctrica total del país, contra un 10% de 2020 y a más de la mitad del camino que deben alcanzar por ley en 2025: 20 por ciento.
La tecnología que contribuyó con mayor generación el año pasado fue la eólica: 74%. Muy lejos de la solar, que fue segunda con una contribución del 13%. A abril de 2022, la energía eólica sumó 3291,3 Mw habilitados en todo el país, según datos de Cammesa, la empresa mixta que administra el mercado mayorista eléctrico del país. La fotovoltaica, por su parte, asciende a 1065,3 Mw.
Guzmán reconoce que el funcionamiento que evidenció el Mercado a Término de Energía Eléctrica de Fuente Renovable (Mater) en el último año fue una de las causas para la reactivación de proyectos que hubo en lo que va de 2022: en cinco meses, entre ampliaciones y construcciones de nuevos parques -en su mayoría, eólicos-, se anunciaron proyectos por más de u$s 800 millones.
Influye, también, la demanda que existe, en especial, en el segmento corporativo, ávido de abastecerse 100% de energías de fuentes verdes. Y, también, la decisión del Gobierno de eliminar el subsidio a los grandes usuarios de electricidad, que encareció la tarifa convencional en un 70% para ese segmento.
«El mercado es altamente competitivo. Pero las posibilidades son pocas hasta que no se amplíe el sistema de transporte», contextualiza Guzmán. Hace referencia al cuello de botella en el que coincide todo el sector: la capacidad de conexión al sistema. Existen unos 1600 Mw tomados por proyectos lanzados entre 2017 y 2018 que nunca se ejecutaron y que, de a poco, el Gobierno lográ liberar gracias a una resolución de diciembre, que redujo 70% las multas.
Pero se espera que, por lo menos, 600 de esos megas se judicialicen, lo que angosta la capacidad «liberable» a unos 1000 Mw, de los cuales Cammesa ya licitó 400.
La próxima subasta es en julio y en la industria ven que esa capacidad se agotará antes de fin de año. Por lo cual, la expectativa está puesta en proyectos de ampliación física del interconectado de alta tensión. Obras calculadas en, por lo menos, u$s 3000 millones, que demorarían entre cuatro y cinco años de ejecución y que, todavía, no pasan de ser carpetas en algún escritorio.
POR JUAN MANUEL COMPTE
FUENTE: CRONISTA