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El Proyecto de Energías Renovables en Mercados Rurales (Permer) beneficiará a unos 380.000 habitantes en 2021 y 2022. Antes se iluminaban con velas o debían recurrir a generadores térmicos.
En lo que va del año el programa lleva ya ejecutados US$ 34 millones.
La Secretaría de Energía de la Nación invertirá a través del Proyecto de Energías Renovables en Mercados Rurales (Permer) más de US$ 90 millones hasta 2022 para proveer energía a comunidades rurales aisladas de distintas provincias, que beneficiará a alrededor de 380.000 habitantes de esas zonas a través del uso de fuentes renovables.
Se trata de un proyecto de energización rural ejecutado a través de un préstamo otorgado por el Banco Mundial, cuyo objetivo es «proveer de un insumo clave para lograr el acceso universal al derecho a la energía, que al basarse en fuentes renovables, también contribuye a diversificar y descarbonizar la matriz energética nacional», precisó a Télam, el coordinador General del programa, Luciano Gilardón.
En lo que va del año el programa «lleva ya ejecutados US$ 34 millones y otros US$ 58,5 millones se encuentran distribuidos en los procesos licitatorios en curso, alcanzando la cifra de US$ 92,5 millones».
La inversión, con perspectiva federal, representa un impacto en más de 380.000 personas beneficiadas por el programa solo entre 2021 y 2022, alcanzando territorios aislados del Sistema Interconectado Nacional (SIN) «que hasta entonces, se iluminaban a vela, leña o en el mejor de los casos con generadores térmicos», señaló Gilardón.
El préstamo, que se buscará renovar el próximo año, exige un monitoreo por parte del Gobierno nacional que incluye la obtención de indicadores, el cumplimiento de disposiciones ambientales y la comunicación permanente con las comunidades originarias, respecto de lo cual el funcionario sostuvo que «se viene trabajando con las comunidades, con el Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (INAI), y con el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA)».
Gilardón detalló que «este tramo de once mini redes que estamos llevando actualmente adelante involucra unos 1.250 hogares afectados de aglomerados pequeños, mediante una inversión de unos US$ 21 millones».
El objetivo de las mini redes es el de garantizar la provisión de manera ininterrumpida de energía eléctrica para los habitantes de zonas rurales alejadas de las redes de distribución, para abastecer con energía de calidad comparable a la de los centros urbanos.
Las licitaciones involucran «el diseño, construcción o ampliación y operación inicial de las plantas generadoras de energías renovables, así como de las conexiones con las redes existentes», como ser en el caso de la mini red de Luracatao, con la construcción de «una planta fotovoltaica de 1,2 MW -la de mayor envergadura hasta el momento- que beneficiará a 400 familias en seis parajes del Valle de Luracatao y abastecerá a nueve escuelas, cuatro postas sanitarias, un destacamento policial, iglesias y centros vecinales».
Además se encuentran en curso las licitaciones de cuatro mini redes aisladas en Río Negro (Laguna Blanca, Aguada Guzmán, Colán Conhué y Naupa Huen), otras dos en Salta (Rodeo Colorado y Los Naranjos), tres en Jujuy (Catua, El Toro y San Juan de Quillaques), y una en Catamarca (El Peñón).
El objetivo de las mini redes es el de garantizar la provisión de manera ininterrumpida.
Las características del programa
A través de este programa se busca promover la inclusión social y el desarrollo socioeconómico de miles de argentinos que están en situación de pobreza energética, en una política de inclusión eléctrica con distintos componentes: la electrificación de hogares, escuelas, comunidades aglomeradas (mini redes) y pequeños emprendimientos productivos en zonas aisladas (bombeo solar y boyeros solares) en un abordaje integral del potencial de desarrollo de una comunidad», destacó el funcionario.
En esa línea, resaltó que el programa efectivamente «cambia la calidad de vida, reduce la vulnerabilidad de las familias», además de implicar «el desarrollo de estrategias para motorizar cadenas de valor provinciales e incluyendo la contratación de mano de obra y empresas locales para los servicios logísticos y la instalación de equipos».
Gilardón afirmó que lo innovador de la iniciativa es que «debido a la extensa geografía de nuestro país no es económicamente viable alcanzar un despliegue de la red eléctrica que llegue a cada rincón del país, pero a través del Permer se logran soluciones específicas y tecnológicas que permiten la generación y distribución eléctrica aislada», además de lograrlo «a través de una solución sostenible con energías limpias», y detalló: «en lugar de distribuir paneles individuales, creamos plantas y redes comunitarias para electrificar no solo los hogares, sino también los edificios públicos, los caminos y el alumbrado público», lo que además «favorece el arraigo local y mitiga la migración rural, porque la gente se queda en su lugar de origen», argumentó.
En ese sentido, comentó que «poder tener luz para funcionar de noche por permite que se den emprendimientos productivos que antes eran inviables», además de las mayores posibilidades de conectividad dado el «cambio radical en la ecuación en cuanto al destino del tiempo y de la calidad de vida de una población», que por ejemplo, antes «si bien contaban con señal de celular, para cargar la batería tenía que caminar 3 o 4 km».
El Permer, a cargo de la Unidad Coordinadora Nacional de la Subsecretaría de Energía Eléctrica, se articula además para su implementación con el trabajo de las Unidades Ejecutoras Provinciales.
Por María Victoria Ávila
FUENTE: TÉLAM