#Litio #Lithium #EnergiasRenovables #Bateriasdelitio #Movilidadelectrica #Electromovilidad #Movilidadsustentable #Argentina #Catamarca #Salta #Jujuy
La industria del litio se presenta como una gran promesa para desarrollar energías renovables y movilidad sustentable ya que es el elemento clave para la fabricación de baterías. La demanda mundial del litio va en aumento, en especial luego de los acuerdos firmados por varios países, entre ellos Argentina, sobre la necesidad de disminuir emisiones de dióxido de carbono.
Las expectativas son altas principalmente porque nuestro país contiene la tercera reserva más grande de litio del mundo y, junto con Chile y Bolivia, concentran el 65% de los recursos mundiales (más del 80% de los depósitos de salmuera). En 2008 la revista Forbes tituló la región como “La Arabia Saudita del Litio”.
Frente a esto, el Gobierno se encuentra dando pasos para incentivar el desarrollo del litio con la mira puesta en la electromovilidad. En marzo, Alberto Fernández anunció un proyecto de Ley de Movilidad Sustentable, el cual será enviado al Congreso en las próximas semanas. Fuentes del Ministerio de Desarrollo Productivo confirmaron a este medio que el foco del desarrollo de la industria del litio está puesto en el transporte urbano. “Uno de nuestros objetivos es avanzar en el desarrollo de la cadena del litio, insumo fundamental para producir movilidad sustentable en el país”, expresó el ministro Matías Kulfas en Twitter.
Otras visiones
A la vez, existen otros mercados para desarrollar esta industria en Argentina. En diálogo con El Economista, Andrés López, Director del Instituto Interdisciplinario de Economía Política (IIEP), afirmó que los dos mercados en los que el país tiene más posibilidades son el de las baterías para transporte urbano de pasajeros y el de las baterías para almacenamiento de energías renovables. Si bien el que genera más expectativa es el de autos eléctricos, éste depende de otros factores como de las estrategias de las empresas automotrices.
Los analistas coinciden en que la expectativa corre más rápido que la realidad. “Los proyectos van mucho más despacio que la ansiedad de los interesados. Son procesos productivos muy complejos, hay que bombear el litio a gran profundidad, depende de una serie de circunstancias climáticas y los costos de capital son caros”, explicó López. Es por esto que la oferta crece mucho más despacio que la demanda.
En la misma línea, Martín Fellner, consultor y especialista en la materia, expresó a El Economista: “Hay una sobreexigencia puesta sobre el litio. No es cierto que el litio venga a salvar la economía de Argentina”.
No solo la oferta crece muy despacio, sino que existe una ventana de oportunidad. “No está escrito en piedra que el litio sea el insumo de la futura movilidad en base a energías no fósiles”, dice López, y afirma que otras tecnologías podrían reemplazar al litio en el futuro. La ventana de la que se habla es de dos o tres décadas, y es por esto que el analista sugiere que existe cierta preocupación dado el tiempo que lleva desarrollar estos proyectos.
Algunos números
La extracción de litio en Argentina no es nueva. Actualmente hay 2 proyectos en operaciones que se encuentran produciendo y exportando: Mina Fénix en Catamarca, que opera desde 1998, y la minera Sales de Jujuy, operando desde 2014. Ambas producen casi 38.000 toneladas de LCE (carbonato de litio equivalente), mientras que las estimaciones son que para 2025 se demandarán más de 600.000. También hay un proyecto en etapa de construcción y otros 17 avanzando.
Según un informe del BID, en conjunto con la Secretaría de Minería, los seis eslabones de la cadena de valor del litio son: materias primas, fabricación de componentes de celdas, fabricación de celdas, producción de baterías, uso de baterías y, por último, reciclado. Hasta ahora, los dos proyectos en operaciones que tiene el país se dedican producir carbonato de litio, que implica un proceso de transformación pero todavía está lejos de la fabricación de celdas, elemento clave para las baterías.
Recientemente algunas empresas anunciaron inversiones, como el Grupo BMW que implica una inversión de más de U$S 300 millones para la extracción de litio en Catamarca. También el Gobierno anunció un memorándum de entendimiento (MoU, en inglés) con directivos de la empresa china Jiankang para promover la instalación de una fábrica de baterías de litio en Argentina y una planta de fabricación de vehículos.
LO QUE SE VIENE
Hace algunas semanas se lanzó la Mesa Nacional del Litio con participación del Ministerio de Desarrollo Productivo junto con las provincias que conforman el llamado “Triángulo del Litio” (Jujuy, Salta y Catamarca). Allí se planteó la necesidad de promocionar proyectos que alienten el desarrollo de la cadena de valor.
En este marco, en Argentina se esperan inversiones que alcancen los US$ 470 millones para 2021 en alrededor de 20 proyectos de litio. El 86% de ese monto será destinado a la construcción y ampliación de las plantas que tienen los proyectos en los salares del noroeste argentino, el 10% de las inversiones serán para los desarrollos que están en etapa de exploración y el 4% restante será para el sostenimiento de los emprendimientos.
Según fuentes oficiales, las exportaciones del sector minero representaron en 2020 el 6,8%, de las cuales el litio marcó 3,6%, alcanzando un valor de US$ 135 millones. Esto significa que en 2020 el litio representó 0,2% de las exportaciones totales.
El informe del BID señala que para alcanzar apenas el 1% de las exportaciones debería más que duplicarse la producción, lo cual, considerando el ritmo de exploración, de puesta en marcha y evolución de los proyectos durante sus primeros años de funcionamiento, no parece factible en los próximos 5 años.
En este punto, Fellner afirmó que “hoy las exportaciones del litio son muy bajas, pero hay que tener en consideración lo que representan para las provincias y para las zonas donde están los proyectos: en esos casos sí puede cambiar la economía”.
En cuanto a mano de obra, la etapa de construcción de un proyecto puede llegar a representar 2.000 empleos. “En los municipios a veces es un 100% de ocupación de mano de obra”, aportó Fellner. Durante la etapa de producción, los proyectos otorgan entre 300 y 450 empleos directos.
Hay dos agendas a las cuales se puede apuntar para desarrollar la industria del litio. Por un lado, la explotación de las reservas existentes: se pueden buscar formas de facilitar los procesos de aprobación y previsibilidad. Por otro lado, la vinculada a la cadena productiva, que es la que genera más expectativa por la posibilidad que existe de posicionar a Argentina como uno de los productores de baterías. “Es demasiado ambicioso hablar hoy por hoy de la batería de litio. Sí creo que hay que ir dando los pasos”, dijo Fellner.
Otro punto a tener en cuenta es la posibilidad de contaminación de aguas dulces que implica el proceso de extracción del litio. “Los proyectos perforan a una profundidad donde se tocan las aguas superficiales que son aguas dulces que utilizan las comunidades”, explicó Fellner. Los mecanismos de extracción de algunas empresas son menos perjudiciales que otros, pero todavía no hay incentivos claros que fomenten estas prácticas.
EL DATO
Argentina cuenta con 1/7 de las reservas de litio, lo que la ubica en la cuarta posición global, y aporta cerca de 1/6 de la producción total, lo que la coloca en la tercera posición en el ranking mundial.
Por Daniela Vargas
FUENTE: EL ECONOMISTA