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La Recuperación Verde debe estar protagonizada por las energías renovables para lograr que el planeta lidie al mismo tiempo con la crisis climática y la crisis económica del mundo post COVID-19.
Las crisis sanitaria, humanitaria, social y económica provocadas por la pandemia COVID-19 no ha tenido precedentes y ha tenido repercusiones de gran alcance en todo el mundo.
Para afrontar el reto de la recuperación económica, la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA, por sus singlas en inglés) insta a los gobiernos a aprovechar el progreso logrado con las energías renovables para no perder de vista la lucha contra el cambio climático y la apuesta por la sostenibilidad. Las energías renovables serán el motor que mueva el mundo post COVID-19, ya que combatir el cambio climático y la crisis de la pandemia necesita una hoja de ruta común.
Lo que está por venir: crisis económica y recuperación verde
Las cifras más graves e importantes que nos ha dejado esta pandemia son, sin lugar a dudas, las de las pérdidas humanas. Sin embargo, no podemos perder de vista las catastróficas consecuencias económicas que ha traído. Y es que la crisis del Covid-19 no nos va a salir barata. Las Perspectivas de la economía mundial del FMI pintan el panorama en términos sombríos: la economía mundial está preparada para una contracción del 4,9%, lo que indica una recesión mucho peor que la crisis de 2008.
Muchas voces ponen el foco en la recuperación verde como medio para levantar la economía. Las que suenan más fuerte proveniente del viejo continente, donde la Unión Europea ha hecho una apuesta clara por la agenda verde. Su ambicioso paquete de recuperación ecológica inyecta recursos en una recuperación limpia como nunca antes, anunciando la creación de un millón de empleos verdes y el impulso de la transición ecológica.
Salir de la crisis económica gracias a la fuerza de las energías renovables
La economía mundial está recibiendo una paliza tras la pandemia COVID-19. Pero entre tanto caos aún podemos atisbar algunas razones que nos hacen tener esperanza en el futuro y en las energías renovables. En un futuro sostenible donde gobiernos y empresas trabajen para afrontar conjuntamente la crisis climática y económica.
La transición energética puede impulsar un amplio desarrollo socioeconómico al mismo tiempo que allana el camino para lograr los objetivos marcados en el Acuerdo de París y conseguir limitar el aumento de la temperatura global a 1,5°C.
Apoyar las energías renovables en detrimento de los combustibles fósiles, promete más empleos, un mayor crecimiento económico, condiciones de vida más limpias y una mejora sustancial del bienestar. Sin olvidarnos de que conseguiríamos reduciría el 70 % de las emisiones mundiales de dióxido de carbono (CO2) relacionadas con la energía de aquí a 2050.
Cada dólar invertido será rentable
La apuesta por las energías renovables son una apuesta segura. IRENA estima que, por cada dólar estadounidense (USD) invertido, se recuperarán entre 3 y 8 dólares. Además de un futuro energético sostenible, la transición promete nuevos modelos de desarrollo socioeconómico. Los empleos en el sector de las renovables aumentarán hasta los 42 millones a escala mundial de aquí a 2050, cuatro veces más que en la actualidad. Por no mencionar que habría beneficios para la salud y el medio ambiente, así como grandes mejoras del bienestar humano, en todas las regiones del mundo. IRENA calcula que el indicador de bienestar sería un 13,5 % más alto en 2050.
El papel de los gobiernos
¿Qué deben hacer los gobiernos para facilitar la transición energética y poder acelerar la recuperación económica en la crisis de la pandemia COVID-19?
Ampliar las políticas que promueven soluciones de energía renovable. Los gobiernos deben continuar implementando marcos políticos y mercados adecuados que apoyen el desarrollo de la energía renovable.
Dar prioridad a las energías renovables en cualquier medida de estímulo y comprometerse a eliminar gradualmente el apoyo a combustibles fósiles.
Proporcionar mecanismos de mercado para salvaguardar la industria y movilizar la inversión privada hacia las energías renovables.
Potenciar el papel de las energías renovables en las políticas industriales.
Promover una transición justa y ayudar a los trabajadores en el cambio hacia trabajos de energía renovable.
Fortalecer la cooperación y la acción internacional para acelerar la transición.
La energía renovable debe jugar un papel clave en la recuperación económica, garantizando la sostenibilidad y seguridad energética, creando empleo y fortaleciendo la resiliencia para proteger la salud y el bienestar de las personas. Ninguna otra industria puede lograr esos objetivos al mismo tiempo que reduce las emisiones globales.
Fuentes: FMI, IRENA, Forbes