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La UE usó el año pasado un 24% menos de este combustible fósil, la mayor caída en décadas. Avanzan la energía solar y eólica.Europa, con Alemania, España, Holanda e Italia a la cabeza, busca reducir las emisiones de dióxido de carbono y apuestan a las energías limpias. /AP.
El carbón que durante siglos calentó e iluminó a los europeos está a pocos años de desaparecer del viejo continente como materia prima para generar energía.
La Unión Europea (incluido el Reino Unido) usó en 2019 un 24% menos de carbón para producir electricidad, la mayor caída en décadas. La reducción, la más rápida desde al menos 1990, se produce ya en todos los Estados miembros, incluso en la Polonia amante de ese combustible fósil. A nivel global esa reducción fue del 3%.
Los datos, recopilados para un estudio de los think tanks ‘Agora Energiewende’ y ‘Agora’, muestran que el sector de generación de electricidad redujo sus emisiones de gases contaminantes un 12% gracias al menor uso del carbón, que está siendo sustituido casi a partes iguales por gas natural y renovables.
Molinos de una planta de energía eólica en Zaragoza, España. /AFP
Si el uso de gas natural no es ideal (emite gases contaminantes, aunque la mitad que el carbón), las renovables también crecieron y ya equivalen al 34,6% de toda la generación eléctrica, su nivel histórico más alto. Ningún país europeo instaló en 2019 tanta capacidad de energía solar como España. Por primera vez en Europa, en 2019 la energía solar y eólica produjo más electricidad que las plantas de carbón.
El 80% del recorte se debe a Alemania, España, Holanda, Reino Unido e Italia. El sector espera que en los próximos cinco años se cierre el 70% de las plantas de carbón de Europa occidental y que para finales de la década sólo queden plantas de carbón en Alemania, Polonia, Rumanía, Bulgaria, República Checa y Eslovenia.
Paneles de energía solar en una planta en Piolenc, en el sur de Francia. /AFP
El informe de los dos think tanks asegura que la caída en el uso del carbón “se debe en parte al aumento del precio de las emisiones de CO2 a unos 25 euros por tonelada, haciendo que la generación eléctrica a partir de carbón sea más cara que con gas natural, nucleares o renovables”.
España no tiene fecha de cierre de las centrales de carbón pero está reduciendo su uso a marchas forzadas. En 2019 sólo el 5% de la electricidad consumida en España produjo de centrales de carbón y el plan que prepara el Ministerio de la vicepresidenta Teresa Ribera apunta a que en 10 años el país no usará carbón.
El calendario del cambio
En total, 15 países europeos ya anunciaron sus fechas de abandono del carbón. Con grandes diferencias. Mientras Alemania asegura que en principio no terminará de cerrarlas hasta 2038, Francia lo hará dentro de dos años. Otros países siguen la vía rápido, como el Reino Unido, que en mayo del año pasado pudo apagar durante dos semanas todas sus centrales de carbón. El país que vio nacer el uso masivo de este mineral para generar energía es uno de los que más rápido se está deshaciendo de él.
Las energías renovables, según Eurostat, supusieron en 2018 el 18% del total del consumo energético europeo. Este año debería cerrarse con las renovables asumiendo el 20% de la generación energética. Las dudas surgen cuando se mira al final de la década. En 2030 el 50% de la energía que consuman los europeos debe proceder de fuentes renovables. Al ritmo actual está en duda que se alcance esa meta.
El gas natural, que emite gases contaminantes al generar electricidad, crece porque las renovables no se están instalando a la velocidad suficiente para sustituir el abandono del carbón.
POR IDAFE MARTIN Bruselas, especial
FUENTE: DIARIO CLARIN/ARGENTINA