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Foto: Campos de energía eólica en Trelew.Los proyectos de los últimos años siguen en desarrollo, pero con el aumento del costo del capital se espera que se desacelere el llamado a nuevas licitaciones; la falta de líneas de transmisión es otro cuello de botella.
El sector de las energías renovables fue uno de los que más crecieron en los últimos cuatro años, pero -al igual que el resto de la economía- su futuro es una incógnita según los analistas, ya que es una industria intensiva en capital y de momento el financiamiento está cerrado para la Argentina.
La ley 27.191 de energías renovables, aprobada por unanimidad en 2015, establece que para este año un 12% del total de la matriz energética tiene que provenir de fuentes verdes. El objetivo es llegar a 20% para 2025. Actualmente hay en operación 49 proyectos que representan una media de 6% inyectado de potencia, según la Subsecretaría de Renovables. Además, hay en construcción 102 proyectos más, que están próximos a entrar en operación y representan un 9% adicional de energía verde, lo que daría un total del 15% en los próximos meses. Hace cuatro años, cuando se sancionó la ley, las renovables apenas representaban un 0,8% del total.
«Es difícil saber qué ocurrirá con el sector en el futuro porque depende de muchas externalidades», dijo Santiago Alsina, managing director de Lazard, que enumeró cuatro ejemplos: «Saber cuáles serán la demanda y la oferta de electricidad el año próximo, que dependen del PBI proyectado, y hoy es difícil de estimar; que haya reglas de juego claras, pero todavía es una incógnita saber cuáles serán las políticas que tendrá el próximo gobierno; que baje el riesgo país, ya que es una industria intensiva en capital, y que se construyan más líneas de transmisión, que hoy representan un cuello de botella».
Sobre el tema del financiamiento, Alsina detalló que los proyectos de renovables tienen una tasa de retorno en dólares «muy fina», de alrededor de 13% anual, mientras que, al mismo tiempo, las empresas se financian al 8%. En países como Chile, México, Perú y Colombia, el capital se consigue a una tasa del 4%, lo que permite que los proyectos de renovables sean más económicos.
En cuanto a las proyecciones de demanda futura, el secretario de Energía, Gustavo Lopetegui, señaló que hoy el mercado está equilibrado, ya que en los últimos años se agregaron 9,5 GW de energía de potencia (renovable y térmica) al sistema y, al mismo tiempo, cayó el consumo por el aumento de tarifas y por la recesión, que impactó en la demanda industrial.
«Estamos cómodos en términos de generación, no tenemos apuro para seguir licitando. La tecnología [de los generadores eólicos y paneles solares] avanza cada semestre, y en esta industria el costo de capital es todo. No estamos en el momento más adecuado para licitar algo», admitió luego de las PASO.
En relación con el transporte de energía eléctrica, en los últimos años se adjudicaron varios programas Renovar y Mater (mecanismo de contratación entre privados), pero no se avanzó en la construcción de nuevas líneas de alta tensión. En abril pasado, el Gobierno llamó a una licitación para construir una línea que una la estación transformadora Río Diamante (Mendoza) con Charlone (Buenos Aires), pero la adjudicación está demorada, sin perspectivas de que avance en el corto plazo. Lo mismo sucede con el llamado a licitación del programa renovar 4, que incluía inversiones en la red de transmisión también.
Si Mauricio Macri es reelegido, se espera que el Gobierno continúe con el desarrollo del sector. En el caso de que el próximo presidente sea Alberto Fernández, los analistas también señalan que podría haber una continuidad, ya que la ley se aprobó durante el último año de gobierno de Cristina Kirchner. En ambos casos, sin embargo, es necesario que el mercado internacional vuelva a abrirse.
«El financiamiento para estos proyectos es muy complejo. Será necesario normalizar el sistema financiero para viabilizar de nuevo los proyectos y que se puedan seguir sacando rondas de renovar para cumplir con los cupos de la ley», dice Juan Cruz Azzarri, socio de Martínez de Hoz & Rueda. «Habría también que flexibilizar ciertos términos de los contratos y las obligaciones en relación con los tiempos para la habilitación comercial o el cierre financiero. Renovar fue un programa muy bien pensado, pero estuvo redactado en 2017, en un contexto en el cual el país tenía otro acceso al mercado de capitales», agregó.
En lo mismo coincidió Diego García, socio de Bain & Company, que proyectó que «habrá un poco más de freno en el desarrollo de las renovables». «El incentivo más grande de impulsar el sector eran los objetivos que nos habíamos establecido en la ley, pero con más estrés financiero, esas metas pasan a un segundo plano. Hay mucha incertidumbre y mucha volatilidad y las energías renovables requieren más certidumbre que el resto porque son más intensivas en capital», indicó.
Sebastián Kind, subsecretario de Energías Renovables y Eficiencia Energética, es también quien redactó la ley 27.191 para la promoción del uso de fuentes renovables para la generación de energía eléctrica. «Desde el punto de vista general, más allá de haber sido una política de Estado, la energía renovable es la opción más económica que tiene la Argentina. Por lo tanto, no seguir desarrollando este sector es un tremendo error, más allá de los cumplimientos legales», indicó.
Por: Sofía Diamante
FUENTE: DIARIO LA NACION/ARGENTINA