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El ministro Iguacel instruyó a Cammesa para rescindir un parque eólico adjudicado a empresas chinas y otra planta solar. Podría dar lugar a tensión diplomática.
El ministro de Energía, Javier Iguacel, dio una señal al sector de renovables al castigar a firmas que no cumplen.
El Gobierno tomó una decisión drástica que podría generar un nuevo foco de conflicto diplomático con China. Por primera vez desde que se inició el programa RenovAr, el ministro de Energía, Javier Iguacel, instruyó en las primeras horas de ayer a la Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico (Cammesa) a rescindir los contratos de dos proyectos de energia renovables, ante los «reiterados incumplimientos en los hitos establecidos». Uno de los contratos es del Parque Eólico (PE) Viento Reta, para el que las empresas chinas Sinohydro, China Energy Engineering Investment Corporation (CEEIC) y China Lac Cooperation Fund prometieron una inversión de u$s 150 millones, en Tres Arroyos, Buenos Aires.
Iguacel, de esta forma, da un golpe en la mesa e intenta ordenar al mercado, al señalarles a las empresas las eventuales sanciones a las que se arriesgan de no cumplir con lo pactado. Fuentes privadas valoraron la medida, ya que se entiende como un castigo a los que no respetan los contratos, una vieja demanda del sector de las energías renovables. En una planta eólica, los hitos que evalúa el Ministerio son, entre otros, el comienzo real de la obra, la contratación del personal, y el hormigonado.
Ante la consulta de El Cronista, el dato sorprendió a la Embajada de China en la Argentina. Por la tarde todavía no habían sido informados de la cancelación del proyecto. El PE Viento Reta, neé «PE Pampa», iba a sumar 100 MW de potencia al sistema a un costo de u$s 46 por MWh, y fue adjudicado en la ronda 1.5 de RenovAr.
El otro proyecto cancelado es el que la firma estadounidense SoEnergy tenía en Media Agua, San Juan, con el Parque Solar (PS) Sarmiento. Allí iban a instalar 35 MW de potencia a u$s 52,95 por MWh.
SoEnergy era dueña del 40% de Stoneway Capital Corporation, controlante de Araucaria Energy, flamante empresa adjudicataria de cuatro proyectos de generación eléctrica térmica que suman 686,5 MW. Pero Araucaria explicó que el porcentaje de SoEnergy lo compró Rogelio Nores, el dueño original.
Así las cosas, la cuestión energética le puede dar un nuevo dolor de cabeza internacional a la administración de Mauricio Macri, en medio de una declamada apertura al comercio mundial. La semana pasada se conoció que el secretario de Coordinación de Políticas Públicas, Gustavo Lopetegui, les comunicó a los empresarios de Voith Hydro apadrinados por Alemania la cancelación de la construcción de la represa hidroeléctrica Chihuidos, en Neuquén, como una forma de achicar el déficit fiscal ante las exigencias del FMI. El consorcio de las obras en Chihuidos incluye a Helport, de Corporación América, de Eduardo Eurnekian.
Más atrás, en 2016, la ex canciller Susana Malcorra salvó las relaciones con China, ante la voluntad de Macri de finiquitar los acuerdos con el país asiático para financiar las represas hidroeléctricas Néstor Kirchner y Jorge Cepernic en Santa Cruz. La construcción de dos nuevas centrales nucleares tampoco están garantizadas.
Aunque por distintos inconvenientes burocráticos o de infraestructura algunos proyectos de renovables no cumplieron con los plazos establecidos, los dos proyectos que se cancelarán no habían avanzado en nada para su construcción
El PS había firmado su contrato de abastecimiento (PPA) con Cammesa el 26 de mayo del año pasado, mientras que el PE Viento Reta lo había hecho el 21 de noviembre.
El programa RenovAr adjudicó en los últimos dos años 147 proyectos por 4466,5 MW, a los que se suman 10 más de la etapa kirchnerista. Grandes usuarios privados tienen la obligación de contratar un 8% de su consumo eléctrico a fuentes renovables. De 68 proyectos en construcción y operación comercial, el cumplimiento de hitos está en el 94%.
Por SANTIAGO SPALTRO
FUENTE: DIARIO EL CRONISTA