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Junto con otros científicos, logró transformar dióxido de carbono en combustible. Si el desarrollo se volviera industrial, podría ayudar a frenar el cambio climático.
Una hoja es una maquinaria única. Sólo necesita agua, dióxido de carbono y luz para producir energía. Alquimia natural.
Varios científicos del mundo están tratando de imitar a la naturaleza y crear “hojas artificiales”. Entre ellos está Luciana Schmidt, investigadora del Instituto de Investigaciones Físicas y Químicas de Córdoba (Infiqc), de la UNC, y del Conicet.
En su posdoctorado en Francia participó de un experimento con el que se logró transformar dióxido de carbono (CO2) en metano sólo con ayuda de una fuente de luz y de un catalizador. “El CO2 como materia prima y su conversión en combustible podrían reducir las emisiones de CO2, gas responsables del cambio climático, y traer ventajas para el ambiente”, dice.
Dada su relevancia y potencial uso, los científicos pudieron publicar el trabajo en la revista Nature , una de las más prestigiosas. “Significa un gran reconocimiento dentro de la comunidad científica”, asegura Luciana.
Para la investigadora no se trata de un experimento muy complejo. “Se realizó en un laboratorio estándar”, dice.
El CO2 es una molécula muy estable, por lo que se necesita mucha energía para poder transformarlo. Por ello, es una tarea muy difícil y llevarla a escala industrial también es complejo.
En la fotosíntesis, el rol de la clorofila es clave como catalizador. En este experimento, el catalizador es la porfirina de hierro. La mujer explica que, gracias a esta sustancia, el CO2 cambia sus átomos de oxígeno por hidrógeno, hasta llegar al metano, el principal componente del gas natural y la tercera fuente de energía más utilizada en el mundo después del petróleo y del carbón.
“La mayoría de los estudios que se habían realizado hasta el momento lograban obtener monóxido de carbono. En este trabajo mostramos que la porfirina de hierro resultó eficiente para la reducción de CO2 a metano utilizando luz visible y a temperatura ambiente”, cuenta.
Cada gramo de este catalizador produce aproximadamente 30 gramos de metano por hora. La ecuación es bastante eficiente. “Si bien es una investigación básica, los principios operativos de nuestro sistema pueden ayudar al desarrollo de otros catalizadores moleculares para la producción de combustibles a una escala industrial”, asegura.
La investigadora explica que la porfirina de hierro no es una sustancia extraña en la naturaleza. “Se encuentra en la sangre o en la clorofila de las plantas. A nivel de laboratorio, puede ser sintetizada y algunas porfirinas se pueden adquirir comercialmente. Además, es biocompatible”, detalla.
La investigadora espera seguir estudiando estas reacciones fotosensibles en Córdoba. “En los últimos años, las transformaciones químicas empleando luz visible han ganado adeptos en todos los campos debido a la posibilidad de poder entregar energía de manera limpia y sustentable para conseguir transformaciones inaccesibles por otras vías”, señala.
Otras formas
Un grupo de la Universidad de Harvard está siguiendo otro camino para crear hojas artificiales. La receta incluye agua, CO2, energía solar y bacterias modificadas con bioingeniería.
por Lucas Viano
FUENTE: LA VOZ DEL INTERIOR